Un sargento clásico es el modelo más simple de los distintos tipos de sargentos que existen. Suele usarse para piezas relativamente estrechas y pequeñas, de poco peso dado que, debido al tamaño de la herramienta, esta no tiene una gran anchura de boca.
Se caracteriza porque uno de los extremos de la guía es la propia mandíbula fija, mientras que la mordaza móvil se desplaza a través del giro del husillo que corre por el otro extremo de la guía. Es decir, guía, mandíbula fija y husillo forman una misma pieza, mientras que sólo la otra mandíbula es la que se desplaza. Debido a esta manera de funcionar, este sargento presenta forma de U, de C o de G.
Sus mandíbulas suelen estar formadas por discos planos que, dependiendo de su diámetro, permitirán un mejor agarre al repartir la presión entre más superficie de las piezas. A su vez, e igual que para cualquier sargento, es importante que estas estén recubiertas de goma resistente que evite arañazos en las piezas.
Dado que es la pieza central o guía del sargento la que soporta toda la fuerza y presión que ejercen las mandíbulas es importante que estas sean de un material muy resistente, recomendando el acero forjado (fundido) y tornillo / husillo y manivela galvanizada.
Usos y ventajas de los sargentos clásicos o abrazaderas
Este tipo de sargento es ideal para tareas ligeras debido a su peso ligero y tamaño considerablemente pequeño (suelen caber en una mano). No obstante, existen modelos más grandes, si bien recomendamos usar otros tipos cuando se requiere un ancho de boca mayor.
Igualmente recomendamos que su uso quede limitado a trabajos domésticos, tanto para metal como madera, y para trabajos de marquetería, modelado, chapado ligero y maquetaciones, evitando un uso profesional o intensivo del mismo.
Desde un punto de vista de especificaciones, estas abrazaderas suelen presentar un tamaño que oscila entre los 75 y 150 mm y existen variaciones en el diámetro de la varilla de apriete (por lo general suele ser de 8 milímetros).
No obstante, debido a la facilidad de uso y versatilidad, disponemos de juegos de sargentos clásicos de distinto tamaño, de tal manera que puedan adaptarse a cualquier necesidad de las piezas a sujetar. Así mismo, y dado lo barato de su precio, te recomendamos que adquieras al menos un par de piezas de cada tamaño, multiplicando así por más de dos sus posibilidades de uso.
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