Lidiar con tornillos oxidados puede ser una de las tareas más frustrantes en proyectos de bricolaje o mantenimiento. Cuando se ven afectados por la humedad o el tiempo, los tornillos se oxidan y se adhieren fuertemente al material en el que están fijados. A medida que el óxido avanza, el tornillo se debilita, lo que dificulta aún más su extracción. Si alguna vez has intentado aflojar un tornillo oxidado y has sentido que es imposible, no estás solo. Este problema es común y puede desanimar a cualquiera que intente realizar una reparación o tarea manual.
El proceso de quitar tornillos oxidados no tiene por qué ser una misión imposible. Aunque el óxido puede hacer que el tornillo se quede atascado, existen varias técnicas y herramientas que, si se usan correctamente, pueden hacer que esta tarea sea mucho más sencilla. En este artículo, exploraremos 5 métodos efectivos para quitar un tornillo oxidado, desde soluciones caseras hasta el uso de herramientas especializadas. Con estos consejos, podrás enfrentarte a los tornillos más resistentes y seguir avanzando en tus proyectos con éxito. Así que no te rindas, ¡con las estrategias adecuadas, los tornillos oxidados tienen los días contados!
¿Por qué los tornillos se oxidan?

Los tornillos se oxidan debido a una reacción química entre el oxígeno, el agua y el metal, especialmente cuando el tornillo está hecho de materiales como el hierro. Esta combinación produce óxido de hierro, una sustancia que cambia la estructura del metal y debilita su superficie. En ambientes húmedos o expuestos al agua, este proceso se acelera, lo que puede hacer que los tornillos sean cada vez más difíciles de manejar. Si no se toman precauciones, los tornillos oxidados pueden volverse casi imposibles de quitar.
Algunas de las principales razones por las que los tornillos se oxidan incluyen la exposición constante a la humedad, la falta de recubrimientos protectores como el zinc o acero inoxidable, y el contacto con sustancias químicas, como el agua salada en zonas costeras. Además, los tornillos fabricados con materiales de baja calidad son más susceptibles a la oxidación. Este proceso no solo debilita el tornillo, sino que puede hacer que se adhiera fuertemente al material base, dificultando aún más su extracción.
Las 5 mejores formas de quitar un tornillo oxidado
Tras conocer las principales causas de oxidación, podrás identificar cuándo es más probable que tus tornillos se oxiden y cómo actuar en consecuencia para evitarlo o, si ya ha ocurrido, aplicar las mejores formas de quitar un tornillo oxidado. A continuación, veremos las principales formas de extraer dichos tornillos:
Emplea un martillo para sacar el tornillo oxidado
Cuando un tornillo oxidado se resiste a salir, un simple martillazo puede marcar la diferencia. Aplicar pequeños golpes en el mango del destornillador genera vibraciones que pueden aflojar la unión entre el tornillo y el material en el que está incrustado. Esta es una de las formas de quitar un tornillo oxidado sin necesidad de recurrir a herramientas más complejas, aprovechando la fuerza mecánica para romper la adherencia causada por la corrosión.
Para aplicar esta técnica, primero asegúrate de colocar bien el destornillador o la broca en la cabeza del tornillo. Luego, con un martillo, golpea suavemente el mango del destornillador para que las vibraciones ayuden a desprender el óxido acumulado. Intenta girar el tornillo con presión constante y, si aún se resiste, repite el proceso. Con paciencia y precisión, esta es una de las formas de quitar un tornillo oxidado que puede resultar más efectiva cuando otros métodos fallan.
Lubrica el tornillo oxidado con aceite penetrante o removedor de óxido

Los aceites penetrantes, como WD-40 o Liquid Wrench, están diseñados para filtrarse en las roscas y romper la adhesión del óxido. Entre las muchas formas de quitar un tornillo oxidado, esta es una de las más efectivas, ya que reduce la fricción y facilita el proceso sin dañar la superficie. Para aplicar este método, rocía el aceite sobre el tornillo asegurándote de que penetre bien en las roscas. Déjalo actuar entre 10 y 15 minutos para que haga efecto y luego intenta girarlo con un destornillador o taladro. Si el tornillo sigue sin ceder, repite la aplicación y espera más tiempo.
Otras alternativas caseras, como el jugo de limón o incluso bebidas como la Coca-Cola, pueden funcionar en algunos casos, ya que su acidez contribuye a descomponer el óxido. Si después de varios intentos el tornillo sigue atascado, el problema podría requerir medidas más drásticas. Sin embargo, dentro de las formas de quitar un tornillo oxidado, la lubricación es una de las más accesibles y seguras, especialmente cuando se busca evitar daños en la pieza o en la superficie de trabajo.
Los alicates también resultan útiles para sacar un tornillo oxidado
Otra opción simple es la de los alicates, con esta herramienta podrás sujetar con firmeza la cabeza del tornillo y aplicar la fuerza necesaria para girarlo. Esta técnica es especialmente útil cuando las ranuras han quedado desgastadas, impidiendo el uso de un destornillador convencional. Para hacerlo, usa unos alicates de presión o mordazas ajustables y sujeta la cabeza del tornillo con fuerza. Luego, aplica presión y gíralo en sentido contrario a las agujas del reloj. Si el tornillo sigue sin moverse, puedes reforzar el proceso aplicando aceite penetrante o incluso calor para expandir el metal y facilitar la extracción.
Aunque no lo creas, existen los kits para extraer tornillos

Estas herramientas están diseñadas específicamente para retirar tornillos dañados u oxidados sin causar más desperfectos en la superficie. El proceso es sencillo pero requiere precisión. Primero, se debe perforar un pequeño orificio en el centro del tornillo con una broca del tamaño adecuado. Luego, se introduce el extractor en el agujero y se gira en sentido contrario a las agujas del reloj.
Gracias a sus roscas inversas y su metal de alta resistencia, el extractor se aferra al tornillo y facilita su remoción. Si bien los extractores de tornillos no siempre funcionan en casos extremos, siguen siendo una de las formas de quitar un tornillo oxidado más efectivas y accesibles, con kits disponibles en cualquier ferretería a distintos precios.
Intenta soldar otra tuerca al tornillo oxidado
Aunque arcaica y burda, esta técnica consiste en adherir una tuerca a la cabeza del tornillo para crear un nuevo punto de agarre. Aunque no todos cuentan con un soldador en casa, si tienes acceso a uno, este método puede ahorrarte mucho esfuerzo. Primero, suelda una tuerca de diámetro similar sobre la cabeza del tornillo, asegurando una unión firme. Luego, usa una llave ajustable para girar la tuerca en sentido contrario a las agujas del reloj y aflojar el tornillo. Si está demasiado atascado, aplica un poco de lubricante o calor antes de intentarlo de nuevo. Sin duda, esta es una de las formas de quitar un tornillo oxidado que puede marcar la diferencia cuando otras opciones han fallado.