Una puerta en mal estado puede acarrear diversos problemas, sobre todo cuando esta empieza a rozar el suelo, pues impide que se pueda abrir o cerrar con normalidad. El daño incluso puede llegar a la superficie del piso, debido a la fricción que provoca con el borde inferior de la puerta. La mayoría de veces, este problema se deriva de las condiciones húmedas en los ambientes, pero también puede deberse al natural paso del tiempo, el cual afecta estructuras en general. A pesar de que parezca un desperfecto menor, solucionarlo puede mejorar notablemente la funcionalidad del hogar.

Dentro de las múltiples causas por las que una puerta puede llegar a rozar el suelo, se encuentra el desgaste de las bisagras e incluso la expansión de la madera, la cual es causada por la humedad ambiental. Si has notado que tu puerta empieza a rozar el suelo, no hay por qué preocuparse, existen muchas soluciones que se pueden aplicar a diferentes casos, estando al alcance de cualquier persona con herramientas básicas y algo de paciencia. En este artículo, te compartimos una guía para que sepas cómo arreglar una puerta que roza el suelo, explicándote paso a paso cómo identificar el origen del problema y cómo aplicar las soluciones más adecuadas para devolver la función a la puerta.
Identificar la causa del problema
Lo primero que se debe hacer ante esta situación, incluso antes de aplicar cualquier solución, es identificar la causa del problema. Como explicamos anteriormente, en algunos casos, el roce de la puerta con el suelo se debe a la humedad, que puede haber hinchado la madera, o esto se puede deber al desajuste de las bisagras por su constante uso.
Uno de los mejores consejos para determinar el motivo, es observar si el problema afecta solo a una parte de la puerta o si es uniforme en toda la base. Lo primero que se debe hacer es una prueba de ajuste de las bisagras para verificar si mejora la situación. En el caso de que el roce se deba a una deformación de la puerta, será necesario un lijado o recorte.
Ajuste de las bisagras
Una vez identificado este problema de bisagras sueltas o desajustadas, se pueden aplicar algunas soluciones, pero la más sencilla es apretar los tornillos con un destornillador adecuado. Toma en cuenta que en algunos casos, la madera donde están fijadas las bisagras puede haberse desgastado, lo que impide que los tornillos se mantengan firmes.
La solución para madera desgastada en bisagras, es retirar los tornillos y rellenar los orificios con palillos de madera y cola blanca, luego, se debe volver a insertar los tornillos y apretarlos de manera firme. En el caso de que las bisagras se encuentren demasiado desgastadas, es recomendable reemplazarlas por unas nuevas que tengan mejor calidad.
Lijado de la base de la puerta
Otra posible causa, bastante común, es que el roce de la puerta en el suelo se deba a la expansión de la madera, así que la solución más efectiva para este escenario es lijar la base de la puerta. Lo que se debe hacer es desmontarla y colocarla sobre una superficie lo suficientemente estable, luego se debe usar una lija de grano medio o una cepilladora eléctrica para desgastar el área afectada.
El lijado debe ser uniforme, evitando retirar demasiado material porque esto podría generar un espacio excesivo entre la puerta y el suelo. Posteriormente, se debe suavizar los bordes con una lija de grano fino para un acabado prolijo, de esta manera ya se puede volver a colocar la puerta en su lugar.
Recorte de la puerta
El recorte de una pequeña parte de la puerta es la solución que se debe aplicar en los casos donde el roce sea significativo y el lijado no sea suficiente. Lo primero que se debe hacer es marcar la sección a retirar con un lápiz, y utilizar una sierra circular o de mano para realizar dicho corte.
La recomendación más común a la hora de recortar puertas, es que se hagan cortes progresivos, revisando el ajuste después de cada sección retirada. En el caso de que la puerta tenga un acabado pintado o barnizado, se debe lijar los bordes después del corte y aplicar una capa de barniz o pintura para proteger la madera.
Instalación de protectores o topes

La solución alternativa es instalar protectores o topes en la parte inferior directamente en el suelo, esto en caso de que prefieras evitar modificar la puerta. Estos accesorios son bastante efectivos para ayudar a minimizar el roce, sobre todo cuando el problema se debe a irregularidades que se presentan en el suelo.
Dentro de la variedad de topes, se encuentran los topes adhesivos de goma o fieltro, los cuales pueden adherirse a la base de la puerta para reducir la fricción. Otra opción es optar por ajustar el nivel del suelo en la zona afectada si es posible, para asegurar una superficie uniforme que no presente inconveniente en el desplazamiento de la puerta. Al seguir estos consejos, podrás solucionar de manera efectiva el problema de una puerta que roza el suelo, prolongando su vida útil.