El suelo vinílico es una de las opciones más populares para renovar el piso de una vivienda que se tenga que recurrir a la realización de otras obras complicadas. La facilidad de instalación, su resistencia y la variedad de diseños lo convierten en una excelente alternativa para quienes buscan una solución práctica que puede sorprender también a nivel estético. Además, es un material que se adapta a diferentes estancias, desde salones hasta baños y cocinas, ofreciendo una superficie cálida que es de fácil mantenimiento.
A la hora de considerar la instalación de suelo vinílico en casa, se deben conocer los pasos necesarios para lograr un acabado profesional. En este artículo, te explicaremos cómo instalar un suelo vinílico en casa, los tipos de suelo vinílico disponibles, las herramientas necesarias, el proceso de instalación paso a paso y algunos consejos para su mantenimiento. La renovación de tus espacios se puede realizar de manera efectiva y sencilla, siempre que se tenga el conocimiento necesario que te compartimos a continuación.
La elección del tipo de suelo vinílico adecuado

Existen diferentes tipos de suelo vinílico y cada uno tiene características particulares que debes considerar antes de la instalación. El suelo vinílico en láminas o losetas es una opción perfecta para quienes buscan una instalación rápida y sin adhesivos, además que este tipo suele contar con un sistema de clic que permite unir las piezas con facilidad. Por otro lado, el suelo vinílico en rollo se adhiere con pegamento y es adecuado para espacios grandes donde se requiere una superficie continua.
Otra categoría importante es el suelo vinílico autoadhesivo, el cual se instala retirando una capa protectora y pegándolo directamente sobre la superficie, siendo una opción muy práctica para renovaciones rápidas. Finalmente, el suelo vinílico de lujo (LVT) es más grueso y resistente, con un acabado más realista que imita materiales como la madera o la piedra.
Herramientas y materiales necesarios
Antes de comenzar la instalación, es fundamental contar con todas las herramientas y materiales necesarios. Para instalar suelo vinílico necesitarás un metro, un cúter o cuchilla afilada, una regla metálica, una espátula para presionar las uniones y adhesivo en caso de que el material lo requiera. En este sentido, también es recomendable tener un rodillo de presión para garantizar un buen sellado.
Además de las herramientas, debes preparar la superficie donde se colocará el suelo vinílico. Lo más recomendable es que puedas asegurarte de que esté limpia, nivelada y seca para evitar problemas de adherencia o irregularidades en la instalación. En el caso de que el suelo original tenga imperfecciones, puedes aplicar una capa de nivelador para obtener un acabado uniforme y facilitar esta tarea.
Claves para un buen resultado en la preparación del suelo
La preparación del suelo es un paso fundamental para asegurar una instalación duradera, por lo que primero se debe limpiar bien la superficie eliminando polvo, grasa y residuos de otros materiales. En el caso de que el suelo presente desniveles, será necesario lijarlos o aplicar una capa de pasta niveladora para conseguir una base lisa y estable.
La instalación de un suelo vinílico autoadhesivo o en rollo conlleva otras características, por lo que es necesario verificar que el material se adhiera correctamente. En algunos casos, se recomienda aplicar una imprimación para mejorar la adherencia. Además, antes de comenzar la instalación, deja el suelo vinílico en la habitación durante al menos 24 horas para que se aclimate a la temperatura y humedad del ambiente.
Instalación del suelo vinílico paso a paso

El proceso de instalación del suelo vinílico dependerá del tipo que hayas elegido previamente. En el caso de las losetas o láminas con sistema de clic, debes empezar colocando la primera fila a lo largo de la pared, asegurándote de dejar un pequeño espacio de dilatación en los bordes. Acto seguido, une las piezas para que puedan encajar correctamente, puedes utilizar un leve golpe de martillo de goma para lograr este objetivo.
En el caso del suelo vinílico autoadhesivo, retira la película protectora y presiona cada pieza firmemente sobre la superficie, asegurándote de alinear bien las uniones para un acabado uniforme. Por otro lado, si usas suelo vinílico en rollo, extiéndelo sobre la zona, córtalo a medida y aplica adhesivo en el reverso. Luego, presiona con un rodillo para eliminar burbujas de aire y garantizar una fijación óptima.
Mantenimiento y cuidados del suelo vinílico
El suelo vinílico es fácil de mantener, pero requiere algunos cuidados para conservar su apariencia y durabilidad. Lo más recomendado para la limpieza diaria es utilizar una mopa húmeda o un paño con agua y un detergente suave, tomando en cuenta que se deben evitar productos abrasivos o esponjas metálicas que puedan dañar la superficie.
Las manchas difíciles también son una realidad en el cuidado de suelos vinílicos, por lo que si se produce una de estas, puedes usar un poco de alcohol diluido en agua para eliminarla. Además, para evitar rayones, puedes colocar fieltros en las patas de los muebles y sobre todo, debes evitar arrastrar objetos pesados sobre el suelo, pues siguiendo estos consejos, tu suelo vinílico se mantendrá en perfecto estado durante años.
Otros consejos para un acabado profesional
Para lograr un resultado impecable, es recomendable empezar la instalación desde el centro de la habitación y avanzar hacia los bordes, lo que ayuda a equilibrar el diseño y evitar cortes desiguales. Además, otra recomendación es el utilizar una cuchilla afilada para realizar cortes precisos, especialmente en esquinas y zonas de transición.
La dilatación es otro aspecto importante, pues aunque el suelo vinílico no se expande tanto como la madera, es recomendable dejar unos milímetros de separación en los bordes para evitar problemas con los cambios de temperatura. Finalmente, si instalas suelo vinílico en un espacio húmedo como el baño, lo más aconsejable es que puedas sellar las uniones con silicona para evitar filtraciones y garantizar un mantenimiento prolongado por varios años.