Instalar suelos laminados puede ser una de las maneras más efectivas de transformar cualquier espacio de tu hogar. Además de aportar un toque elegante y acogedor, este tipo de suelo es muy popular por su excelente relación calidad-precio. Su instalación, comparada con otros materiales, es más sencilla y, si se realiza correctamente, el resultado es espectacular. Sin embargo, a pesar de su facilidad, la instalación del suelo laminado requiere una planificación cuidadosa, herramientas adecuadas y atención a los detalles para lograr un acabado perfecto. Si decides encargarte tú mismo del trabajo, necesitarás conocer ciertos trucos y técnicas que te asegurarán un resultado duradero.
Aunque los suelos laminados son fáciles de instalar, no está de más contar con una guía paso a paso que te ayude a evitar errores comunes. El proceso de instalación es relativamente rápido, pero cada etapa requiere precisión, desde preparar la superficie hasta asegurar las juntas. Por supuesto, siempre se recomienda contar con la experiencia de un profesional si no te sientes seguro. En este artículo, te ofreceremos consejos prácticos que te permitirán obtener un resultado impecable. Al final, tu hogar se verá más moderno y cómodo, con un suelo renovado que te hará sentirte aún más a gusto en él.
La importancia de las bases y las juntas

La elección del suelo laminado no solo se basa en el diseño y el color, sino también en factores clave que garantizan su durabilidad. Entre estos, la base aislante y las juntas de dilatación juegan un papel esencial. Una base de calidad protege el suelo contra la humedad, evitando problemas como la hinchazón o el moho. Además, si optas por un aislante acústico, reducirás el ruido al caminar, mejorando el confort en casa. Como parte de nuestros consejos para instalar suelos laminados, te recomendamos invertir en una base de buena calidad, ya que esto marcará la diferencia en la vida útil de tu suelo.
Las juntas de dilatación también son fundamentales, ya que los cambios de temperatura y humedad pueden hacer que el suelo se expanda o contraiga. Para evitar daños, se debe dejar un margen de 10-12 mm entre el suelo y las paredes. En estancias grandes, donde la superficie supere los 8 metros de ancho o largo, es recomendable instalar juntas adicionales y utilizar perfiles de transición. Usar cuñas de madera o plástico te ayudará a mantener la separación adecuada mientras trabajas.
Debes prestar atención a la dirección del suelo laminado
No lo parece, pero la dirección en la que decides colocar tu suelo laminado no es solo una cuestión estética, sino que influye en cómo se percibe el espacio. Si bien puedes tomar decisiones según tus preferencias, hay algunas pautas que te ayudarán a obtener el mejor resultado. Entre los consejos para instalar suelos laminados está el de seguir la dirección de la fuente de luz principal o el flujo natural de movimiento. Esto no solo aprovecha al máximo la iluminación, sino que también puede mejorar la percepción del tamaño de la habitación.
Si la disposición de las ventanas y puertas no permite seguir esta recomendación, puedes optar por colocar los tablones de manera que te guste más. Por ejemplo, instalarlos horizontalmente hará que el espacio parezca más ancho, mientras que colocarlos verticalmente dará una sensación de mayor longitud. Si buscas un estilo más dinámico, también puedes optar por una instalación diagonal, aunque necesitarás herramientas adecuadas, como una sierra para ingletes. Recuerda que, si el contrapiso está en mal estado, es fundamental prepararlo adecuadamente antes de instalar el nuevo suelo.
En caso de que lo haya, quita el rodapié previo y prepara el suelo

Antes de comenzar a instalar el suelo laminado, es esencial preparar adecuadamente la superficie donde lo colocarás. Hay que mencionar que de los consejos para instalar suelos laminados, asegurarte de que el suelo esté limpio, seco y nivelado es de los más importantes. En muchos casos, puedes instalar el nuevo suelo directamente sobre el pavimento existente, siempre que no esté pegado ni clavado, utilizando únicamente un aislante térmico. Sin embargo, si el suelo actual no está nivelado o tiene algún daño, puede ser necesario levantarlo y nivelar la superficie.
El primer paso en la preparación es retirar el rodapié, que, en la mayoría de los casos, se puede hacer fácilmente con herramientas como un martillo y un destornillador plano si es de madera. Si es de piedra o cerámica, necesitarás un cortafrío y una maceta. Un consejo para instalar suelos laminados en este caso es pasar una cuchilla sobre la junta entre la pared y el rodapié para evitar que el yeso o la pintura se desprendan. Este pequeño paso hará que el rodapié salga con mayor facilidad, y podrás reparar cualquier desconchón en la pared antes de continuar.
Finalmente, revisa si el suelo anterior está nivelado. Si encuentras pequeñas irregularidades, como hendiduras o áreas elevadas, puedes corregirlas utilizando pasta niveladora o mortero. Aplica el material en las zonas afectadas, alísalo y deja secar bien. Sin embargo, si el desnivel es considerable o hay daños extensos en el suelo, lo más recomendable es retirarlo completamente antes de comenzar la instalación del nuevo laminado.
Ve lámina por lámina y no te olvides de las cintas de transición
Ahora bien, cuando empieces a colocar las láminas de suelo laminado, sigue el consejo clave de ir lámina por lámina para asegurar un ajuste perfecto. La mayoría de los suelos laminados están diseñados para encajarse fácilmente de manera consecutiva, pero, si te encuentras con dificultades, no dudes en juntar los extremos de una fila completa y luego colocarla como una pieza larga. Este truco evitará dañar los tablones y facilitará el proceso.
En el caso de que el suelo continúe a través de una puerta, asegúrate de dejar un pequeño espacio para insertar una cinta de transición entre las filas. Esta es una parte esencial que no puedes omitir si deseas que tu proyecto de instalación quede con un acabado profesional. Los «consejos para instalar suelos laminados» sugieren colocar la tira de transición justo debajo de la puerta para que tenga coherencia visual. Además, la cinta de transición permite tratar cada habitación como una unidad separada, lo que te brinda mayor flexibilidad en el diseño y la colocación del suelo.
¿Qué hago si el suelo laminado se rompe o se parte?

El suelo laminado, aunque robusto y resistente, puede sufrir daños con el tiempo debido al desgaste o impactos. Afortunadamente, es relativamente sencillo repararlo, especialmente si el daño está cerca de la pared o en un borde. En estos casos, lo mejor es reemplazar solo el tablón afectado, siguiendo los consejos para instalar suelos laminados. Si el daño está en el centro, un kit de reparación será tu aliado.
Este tipo de kits incluye una pasta base y rotuladores reparadores de color, lo que te permitirá igualar el color del suelo y cubrir cualquier desperfecto. Una vez aplicada la pasta, déjala secar bien, lija la superficie y el daño será casi invisible. Si el daño es menor, un lápiz o rotulador de reparación puede ser suficiente, pero siempre asegúrate de limpiar bien el área antes de proceder. Si los arañazos son más profundos, el uso de masillas especializadas es recomendable, siempre siguiendo las instrucciones del fabricante.
En casos más graves, como una grieta que haya llegado al tablero, será necesario cambiar la pieza dañada. Es recomendable que este tipo de reparaciones las realice un profesional para evitar daños a las piezas adyacentes. Recuerda, los consejos para instalar suelos laminados incluyen también asegurarte de que el ambiente esté libre de humedad excesiva, ya que este es uno de los principales causantes del abombamiento.