Con el paso del tiempo, es inevitable enfrentarse al momento de cambiar las ventanas de casa, pero para ello, es fundamental analizar una serie de factores que influyen en el confort, la eficiencia energética y la seguridad del hogar. La elección de unas ventanas adecuadas no solo puede mejorar el aislamiento térmico y acústico, sino que también puede influir tanto en la estética como en la funcionalidad del espacio. Las opciones en el mercado actual son muy variadas, pero lo importante es conocer los aspectos clave para tomar una decisión acertada que evite problemas en el futuro.

Lo primero que se debe realizar, incluso antes de la renovación, es una evaluación de las verdaderas necesidades específicas de la vivienda. Los factores como la orientación de las habitaciones, el clima de la zona o la calidad de los materiales se vuelven fundamentales en la selección de las ventanas. En este artículo, vamos a profundizar en las características a tener en cuenta al cambiar unas ventanas, ya que una elección inadecuada podría derivar en filtraciones de aire o humedad con el paso del tiempo.
Materiales y tipos de perfilería
Uno de los primeros aspectos a considerar al cambiar las ventanas es el material del perfil. Los tres materiales principales son el PVC, el aluminio y la madera, cada uno con sus propias ventajas y desventajas. Por un lado, el PVC es una de las opciones más populares debido a su alta capacidad de aislamiento térmico y acústico, además de ser resistente a la humedad y tener un mantenimiento relativamente sencillo. Por otro lado, el aluminio es un material duradero y ligero, pero que necesita rotura de puente térmico para evitar la transmisión de frío o calor.
La tercera opción, osea la madera, ofrece una estética natural y un buen aislamiento, aunque requiere más mantenimiento para evitar su deterioro con el tiempo. Sin embargo, el material no es lo único que se debe tomar en cuenta, también se debe definir el tipo de apertura que mejor se adapte al espacio y las necesidades reales. En este sentido, las ventanas abatibles ofrecen un gran aislamiento, mientras que las correderas son perfectas para espacios reducidos.
Aislamiento térmico y acústico
El aislamiento es un factor relevante en la elección de unas nuevas ventanas, ya que influye directamente en el consumo energético de la vivienda y en el confort diario. Una buena eficiencia térmica se puede garantizar con el correcto tipo de cristal y con la calidad de los perfiles que sean elegidos, por lo que se debe prestar especial atención a estos aspectos.
El doble acristalamiento con cámara de aire o gas argón mejora notablemente el aislamiento térmico y acústico, reduciendo la pérdida de calor en invierno e incluso llegando a evitar el exceso de calor en verano. De la misma manera, el grosor del vidrio y la capa de tratamiento bajo emisivo pueden marcar la diferencia en el rendimiento de la ventana. Otro consejo útil para zonas con mucho ruido exterior, es que se opte por vidrios laminados o con tratamiento acústico, pues estos reducen el impacto del ruido en interiores.
Seguridad y protección

Las ventanas cumplen una función vital en la seguridad de la vivienda, por lo que no debemos asumir que se trata solamente de un tema visual o estético. La elección de un modelo con refuerzos de seguridad y cerraduras de calidad puede ayudar a prevenir robos, garantizando una mayor tranquilidad para los habitantes del hogar. En este sentido, existen sistemas de cierre multipunto que dificultan la apertura desde el exterior, así como cristales de seguridad que evitan roturas fáciles.
Además, algunos modelos incluyen sensores de apertura conectados a sistemas domóticos, lo que permite una mayor vigilancia del hogar. En el caso de que la vivienda se encuentre ubicada en una planta baja o en una zona con acceso fácil desde el exterior, se recomienda instalar vidrios laminados o templados, ya que estos ofrecen una mayor resistencia ante impactos y dificultan los intentos de entrada.
Diseño y estética
Como se ha mencionado con anterioridad, la seguridad y la funcionalidad no son los únicos factores determinantes a la hora de seleccionar ventanas, pues estás también forman parte del diseño del hogar. Para mantener la armonía estética es necesario elegir un modelo acorde al estilo arquitectónico de la vivienda. Otros aspectos, como el color de los perfiles, el tipo de vidrio y los acabados finales, también influyen en la apariencia de las ventanas.
En viviendas modernas, las ventanas de aluminio con acabados minimalistas suelen ser una opción acertada, mientras que en casas rústicas o clásicas, las de madera pueden aportar un toque más cálido y elegante. Por otro lado, algunas ventanas incorporan tratamientos especiales en el cristal, como vidrios tintados o espejados, que pueden ayudar a regular la entrada de luz y mantener la privacidad sin comprometer la iluminación natural.