Cambiar el marco interior de una ventana puede parecer un proyecto complicado, pero en realidad es más accesible de lo que imaginas. Si estás renovando tu casa o simplemente quieres que esa ventana vieja luzca como nueva, reemplazar el alfeizar, las jambas y las molduras es una forma efectiva de transformar por completo el espacio. No necesitas ser un experto en carpintería para lograr un resultado de nivel profesional. Con las herramientas correctas, un poco de paciencia y algunos consejos clave, tú mismo puedes hacerlo sin depender de terceros.
En este sentido, no se trata solo de clavar piezas de madera. Se trata de lograr cortes exactos, uniones que no se noten, acabados impecables y, lo más importante, una instalación duradera que resista con el tiempo. También hay alternativas más ligeras y fáciles de instalar, como las molduras de poliestireno, que funcionan muy bien si buscas una opción más práctica.

En este artículo te vamos a mostrar qué herramientas necesitas, cómo preparar tu espacio de trabajo, y paso a paso cómo instalar el alfeizar, las jambas, la moldura superior y los acabados. También te explicaremos cómo pintar correctamente las molduras, cuándo conviene usar poliestireno y qué errores debes evitar para que tu proyecto termine siendo un éxito.
Herramientas y materiales necesarios
Para que la instalación de tus molduras interiores sea eficiente y sin contratiempos, es clave contar con las herramientas y materiales adecuados desde el inicio:
- Sierra ingletadora: Te permite hacer cortes rectos y en ángulo con precisión. Es esencial para lograr ingletes exactos en esquinas.
- Clavadora neumática o eléctrica: Facilita la fijación rápida y firme de las molduras. Ahorra tiempo y mejora la calidad del acabado.
- Pistola de espuma expansiva: Sirve para rellenar espacios entre el marco y la pared, asegurando aislamiento y estabilidad.
- Adhesivo de carpintería: Refuerza las uniones entre piezas de madera. Evita que las juntas se separen con el tiempo.
- Cuñas y calces: Ayudan a ajustar las molduras al nivel correcto, sobre todo si las paredes no están completamente rectas.
- Masilla para madera y compuesto para juntas: Rellenan huecos y cabezas de clavos. Al secar, puedes lijarlos y pintar encima.
- Calafateo de látex con silicona: Sella las uniones entre moldura y pared. Previene filtraciones de aire y mejora el acabado visual.
- Nivel láser y cinta métrica: Garantizan una instalación alineada. Son clave para evitar molduras torcidas o desniveladas.
- Lija o esponja para lijar: Dejan la superficie suave y lista para pintar. Elimina imperfecciones sin dañar el material.
- Pinceles y esmalte semibrillante: Este tipo de pintura facilita la limpieza por su leve brillo. Los pinceles finos permiten mayor precisión en zonas angostas.
Preparación del espacio de trabajo
Antes de empezar a instalar las molduras, es importante que prepares el entorno con cuidado. Esto evitará complicaciones mientras trabajas y te ayudará a lograr resultados más exactos. Comienza despejando el área alrededor de la ventana y quita cualquier moldura vieja, limpia el polvo acumulado y verifica que la superficie esté seca. Si las paredes tienen desniveles o imperfecciones, puedes marcarlos con lápiz para tenerlos en cuenta al momento de cortar.
Protege el piso y las superficies cercanas con lonas, plásticos o incluso bolsas de basura. Asegura los bordes con cinta para que no se muevan mientras trabajas y coloca tus herramientas a la mano y conecta la clavadora o la sierra en una zona segura. Además, si estás en una casa antigua, revisa bien la plomada y el escuadro de los marcos. Muchas veces necesitarás ajustar con cuñas o calces para corregir desviaciones y lograr un resultado limpio.
Instalación del alfeizar

El alfeizar es la base de la moldura de la ventana y define gran parte del aspecto final. Para instalarlo correctamente, empieza tomando la medida del vano interior. Por eso, deja un margen mínimo de un octavo de pulgada a cada lado para asegurar un buen ajuste. Ese espacio es útil cuando las paredes se expanden o contraen con la humedad. Corta la pieza con sierra, asegurándote de eliminar el borde redondeado de fábrica si planeas laminarlo.
Luego, marca dónde hará contacto con la jamba y traslada esas medidas a la pieza final. Pega con adhesivo y refuerza con tornillos desde la parte inferior para que aguante peso. En proyectos sobre baldosa, ten cuidado al disparar los clavos: hazlo en ángulo y evita dañar el revestimiento. Siempre revisa que el frente del alfeizar quede al ras y alineado con el resto de la moldura.
Montaje de jambas y molduras laterales
Para instalar las jambas y molduras laterales, primero revisa que la superficie esté nivelada. Para hacerlo, usa un nivel láser o una escuadra para asegurarte de que las piezas estén rectas antes de fijarlas. Aplica adhesivo de carpintería en los bordes de las jambas y clávalas con una pistola de clavos, asegurándote de seguir la línea de referencia que marcaste previamente.
Asimismo, las molduras laterales deben alinearse con el borde frontal del alfeizar. Marca y corta cada pieza con precisión. Refuerza la unión con pegamento en las esquinas. Verifica que los espacios a cada lado de la ventana sean simétricos antes de continuar.
Instalación de la moldura superior
Para colocar la moldura superior, mide la distancia entre las jambas ya instaladas, cortando la pieza con ingletes a 45 grados en ambos extremos, usando una sierra bien calibrada. Antes de colocarla, comprueba que el ángulo encaje perfectamente con los cortes de las molduras de los costados.
Aplica adhesivo en la parte trasera y alinea la pieza justo al nivel del borde superior de las jambas. Asegúrate de que el frente esté al ras y que no haya separación en las esquinas, y clava con una pistola neumática, siempre revisando que no se mueva al hacerlo. Esta pieza conecta todo el marco visualmente, así que cada detalle cuenta.
Acabados profesionales
Una vez instalada toda la moldura, es momento de asegurar un acabado prolijo, así que rellena cada hueco con masilla para madera o compuesto de juntas. Cubre también las cabezas de los clavos para que desaparezcan al pintar. En este caso, usa una esponja de lijado para suavizar las uniones y corregir imperfecciones antes de aplicar la pintura.
Además, en las esquinas internas, asegúrate de que la masilla no sobresalga, ya que puede romper la continuidad visual. Antes de pintar, asegúrate de quitar todo el polvo con un paño seco. Examina con detalle cada ángulo, sobre todo en las uniones de las molduras, y ajusta cualquier imperfección antes de seguir.
Pintura de molduras
La pintura realza el trabajo y oculta imperfecciones menores. Usa pintura semibrillante para molduras: es más resistente y fácil de limpiar. También carga bien la brocha sin exagerar, para evitar goteos. Comienza por las esquinas y continúa con trazos largos a lo largo de las piezas y asegúrate de estirar la pintura y no dejar marcas visibles.
Permite que la primera mano de pintura seque por completo antes de aplicar la siguiente. Lija ligeramente con una esponja entre capas para un acabado más uniforme. Además, no olvides pintar sobre el calafateo, ya que si lo dejas sin cubrir, con el tiempo se pondrá gris y arruinará el acabado.
Alternativa: uso de molduras de poliestireno
Las molduras de poliestireno son una solución liviana y práctica, sobre todo cuando no tienes herramientas profesionales. Vienen con una cara de yeso que puedes pintar fácilmente y se instalan con compuesto para drywall, no con clavos. Así, solo necesitas aplicar estuco en la parte trasera y presionarlas contra la pared y el techo.
El ajuste se mejora con una esponja húmeda, lo que te permite suavizar las juntas sin lijar. Como se cortan sin esfuerzo, puedes adaptar sus dimensiones con una sierra pequeña o incluso con un bisturí. A su vez, a diferencia de la madera, no requieren gran precisión para que el acabado luzca limpio.
Consejos finales y errores comunes a evitar
Antes de terminar, hay algunos detalles que pueden marcar la diferencia entre un buen trabajo y uno que termina dando problemas.

- No pegar las juntas: Siempre usa adhesivo entre piezas de moldura. Sin esto, las juntas se separan con los cambios de temperatura o humedad.
Ignorar los desniveles: Aunque no lo parezca, muchas paredes no están rectas. Usa calces o cuñas para corregir pequeñas diferencias y lograr un resultado simétrico. - Cortar sin verificar los ángulos: No te fíes de la marca de la sierra. Antes de cada corte a inglete, usa una escuadra para asegurarte de que el ángulo sea exactamente recto.
- Pintar sin lijar: Saltarte el lijado deja marcas y bordes visibles. Una lija suave mejora el acabado final, especialmente en las uniones.
- No sellar las juntas con calafateo: Si no lo haces, las sombras y pequeñas grietas serán notorias cuando la luz incida desde arriba.
- Usar pintura de baja calidad: Ahorrar en pintura puede costarte más tiempo y capas. Una pintura de buena calidad cubre mejor y deja un acabado más limpio.